Review The Flash: Mixed Signals
Ya tenemos a Barry de vuelta a Central City y eso significa que tras una Season Premiere algo agridulce, a la serie le toca volver a la normalidad con los clásicos “Meta-human of the week” de principio de temporada en los … ¡¡Esto no es serio!! No me puedo concentrar en el episodio cuando al pobre Wally le ponen ese peinado de un capítulo para otro. ¿Pero qué es eso? ¿Un gato muerto? ¿Una peluca para Halloween? Si es que miradlo, el muchacho tiene pinta de que le van a disfrazar de Apu.
En fin, volvamos al episodio en sí que aunque no haya tenido mucho contenido destacable al menos puedo asegurar que es entretenido. El regreso a la fórmula procedimental este año ha sido un meta-humano que es capaz de controlar los aparatos electrónicos a su antojo y que usará sus poderes para vengarse de sus ex-compañeros informáticos que le robaron su trabajo dejándole a él sin nada mientras ellos vivían montados en el dólar. Evidentemente estas acciones llamarán la atención del Team Flash.
Como había dicho no hay mucho que destacar del villano de esta semana, enemigo con motivación fácil y trama simple para que la serie vuelva a su cauce tras el arranque de temporada. El verdadero grueso del episodio han sido las relaciones de pareja y hablo en plural, porque con esto me refiero tanto al Barry-Iris como al Cisco-Gypsy.
Empecemos con nuestro protagonista y su prometida, quienes una vez pasada la alegría inicial de tener a Barry de vuelta, no terminan de reencontrar el feeling perdido tras medio año de ausencia, sobre todo porque es el propio Barry quien va a su bola pasando olímpicamente de cualquier cosa que la diga a Iris. Esta crisis lleva a la pareja a tener que ir a una psicóloga, proporcionando unas cuantas escenas relleno y la revelación de que a Iris le dolió que Barry la dejara sola cuando se metió en la Speedforce. Sinceramente no entiendo muy bien la queja de Iris, cuando ella estaba ahí viendo en primera fila que si no lo hacía la ciudad iba a ser destruida, no es que tuviera muchas opciones donde elegir.
Vayamos a Cisco y Gypsy, cuyo dilema se puede resumir de la siguiente forma: Cisco y Gypsy tienen un cita, aparece el meta-humano de turno y se pone a matar gente, y como miembro del Team Flash, se pone a trabajar olvidándose completamente de ella. Y así niños es cómo el inocente Cisco se mete en un marrón con su pareja, para la cual resulta que en Tierra-19 es el equivalente al día de San Valentín, llamado en ese mundo ¿One chosen day? ¿One chose one day? ¿One special chosen day? ¿Mourinho’s Day? … no me acuerdo, pero se queda así.
Volviendo a la pobre parte del villano, aunque les cuente ya que con sus poderes hackea el traje nuevo y lleno de tecnología de Flash, gracias a unos anticuerpos cibernéticos (¿?) consiguen bloquear sus poderes al menos el tiempo suficiente para llevarle a Iron Heights, donde estará encerrado en una celda lejos de cualquier aparato con el que pueda utilizar sus poderes. Sobra decir que nos ponen al alcaide de la prisión poniendo cara de malo y me da que salvo sorpresa va a estar relacionado con el villano de la temporada, quien parece estar muy interesado en dicho meta-humano, pues este no es fruto de la explosión del acelerador de partículas y parece ser que hay más como él.
En resumidas cuentas y aunque habiendo leído la review no lo parezca, no considero que haya sido este un mal episodio de The Flash, bajo mi punto de vista es superior a algunos autoconclusivos de la pasada temporada, solamente es que es tan simple que no da para sacar mucho contenido en una review. A mí por lo menos se me ha hecho ameno y eso es lo mínimo que se puede esperar de esta clase de capítulos. A ver qué tal rinde la serie cuando toque meterse de lleno en la trama principal.