Opinión: Iron Fist (2017)
Fue en 2015 cuando con Daredevil se dio comienzo a esta nueva hornada de superhéroes de Marvel en Netflix. Tras su gran éxito se decidió dar un paso más y apostar por otros como fueron Jessica Jones y, más tarde, Luke Cage, con diverso resultado. Teniendo en mente crear The Defenders (su propio The Avengers televisivo), para cerrar el circulo se decidieron, no sin muchas dudas previas, dar luz verde a la temporada del último componente de Los Defensores, Daniel Rand aka Iron Fist (Puño de Hierro).
La serie fue puesta en manos de Scott Buck, que como ya sucediera con Melissa Rosenberg en Jessica Jones, su último trabajo más relevante fue el de Dexter (y no en su época buena). Para el papel de Danny Rand, descartando sabiamente la opción asiática, se barajaron varios actores cercanos a las artes marciales, pero al final, tras sonar mucho el nombre de Dan Stevens (que acabaría interpretando a otro superhéroe de Marvel), se optó por un compatriota suyo: Finn Jones, conocido por su papel de Loras Tyrell en Game of Thrones. El reparto lo completaría Jessica Henwick (Game of Thrones) como Colleen Wing, Jessica Stroup (The Following) como Joy Meachum, Tom Pelphrey (Banshee) como Ward Meachum, David Wenham (Lord of the Rings) como Harold Meachum y la omnipresente Rosario Dawson como Claire Temple. Antes de ser estrenada se vio machacada por la crítica, que atacaban su poca originalidad, profundidad de personajes y, víctima del exceso de policorrectismo que vivimos en la actualidad, tener a un protagonista no asiático. Eso hizo que muchos viéramos la serie sin demasiadas pretensiones, cosa que al final se ha visto que le ha venido muy bien, ya que la opinión generalizada es que no ha salido tan mal como lo pintaron.
Básicamente tenemos una historia que a los que no estamos puestos en los cómics, y no hemos querido profundizar antes de ver la serie, nos puede recordar algo a la de Oliver Queen en Arrow, pero con matices, y muchos. Daniel Rand tiene 10 años cuando, en un viaje a China con sus padres, sufre un accidente de avión en el Himalaya resultando el único superviviente. Entonces es rescatado por unos monjes guerreros de la Orden de la Grulla Madre de la ciudad mítica de K’un-Lun. Allí vivirá aislado durante 15 años en los que aprenderá artes marciales y se convertirá en el Iron Fist, El Arma Humana, capaz de canalizar el Chi en su puño convirtiéndolo en un arma invencible. Al volver a casa, donde todos habían dado por hecho su muerte, intenta reclamar su parte de la compañía. Para ello tendrá tendrá que enfrentarse con los hermanos Meachum, que no le pondrán las cosas fáciles, además de verse las caras con su enemigo mortal: La Mano.
Esta última cosa que he mencionado es casi lo mejor de la serie, que La Mano tenga tanta relevancia durante la temporada le da gran interés, y la acerca a lo visto en Daredevil, ampliando más lo que ya sabíamos sobre ese antiguo enemigo. Por el contrario, los personajes son la parte más débil de la serie. La historia de Danny Rand termina siendo repetitiva y nunca ahonda en lo vivido en su estancia en K’un-Lun. Se dejan muchas cosas en el aire que podrían dar mucho trasfondo a su personaje. Su vida durante esos 15 años se queda en un par de menciones, anécdotas y unos pocos flashbacks, que encima son reusados varias veces durante la temporada. Se deja todo eso para que el espectador especule, y pienso que se podía haber cimentado mejor la evolución del personaje durante la temporada. Los hermanos Meachum van de más a menos, pasando su protagonismo a un segundo plano según avanza la serie. Joy, la hermana, nos la presentan como el cerebro de la empresa, por eso me resulta incompresible las decisiones que toma en la parte final. Mientras que el hermano, Ward, es el corazón y sigue el camino inverso, haciendo que la evolución de sus acciones mantengan coherencia con lo que estamos viendo, siendo uno de los que más gana según avanza la temporada.
Entrando ligeramente en spoilers, aunque se sabe al inicio de la temporada, el padre de los Meachum y su renacimiento. Esa parte es peor que la de sus hijos, ya que para lo único que sirve es como desencadenante de algunas tramas y como instrumento para poder meter a La Mano, ya que el resto es un sinsentido. La participación de Claire es la más metida con calzador de todas las series, a veces rozando la vergüenza ajena, sobre todo la trama que se desarrolla en China. Termino con Colleen Wing, el personaje que más me ha gustado de todos y, ciertamente, el que mejor aguanta toda la temporada, que aunque se le pueden echar en cara algunas cosas forzadas para que encajen en la historia, visto lo visto, no es lo peor que han hecho en la serie. Mención especial para Madame Gao, a la que ya habíamos visto en Daredevil, y aunque nos la ponen como primer plato de la temporada, deja en evidencia al otro enemigo que vemos en la recta final de la temporada. Aún así, la serie engancha debido al ritmo y la acción que tiene, al contrario de lo que me pasara con Jessica Jones y Luke Cage, donde me costó horrores terminarlas, aquí el desarrollo de los episodios hace que se puedan ver de un tirón con facilidad, cosa que sólo me había pasado antes con Daredevil.
Conclusión: Daredevil es Dios y nadie le hace sombra, hasta ahí todos de acuerdo, pero sí creo que en muchos momentos Iron Fist supera tanto a Luke Cage como a Jessica Jones, lo que la convierte en un buen producto que, si uno no es exigente, y es de los que no se deja llevar en demasía por las opiniones ajenas, le hará pasar un buen rato. Cumple como presentación del último de Los Defensores. Personalmente me lo he pasado muy bien viéndola y la he disfrutado en sus buenos momentos, que tiene bastantes.